Concientizar al participante respecto de la santificación humana y el culto a Dios, que establece una correspondencia y diálogo entre Dios y los hombres, “Dios habla a su pueblo… y el pueblo responde a Dios con la oración”.

El cuidado del alma se puede entender como la ascética que ha de seguirse como proceso purificador del alma, en el que predomina la voluntad, el mayor acto de espiritualidad desde la condición humana, del creyente para acercarse a la perfección y la iluminación. El objetivo es alcanzar la mística, que es la unión con la divinidad. Es el desarrollo de un amor Kenótico y habiendo alcanzado el estado de pureza, el paso siguiente es el abandono absoluto en Dios.

Esta ascesis es un conjunto de procedimientos que fortalecen el espíritu mediante la negación o renuncia de los placeres materiales.